TOMO II
Inmueble de Sarmiento y Lavalle, sobre Sarmiento, donde se instaló la Cooperativa. (Foto de Catastro provincial de 191/2) |
Como el capitán que se hunde solo con
su barco por respeto y honor a su trayectoria, en caso de un naufragio, un solo
accionista, Carlos Alberto Otermín, resistió hasta el final, y trató hasta
último momento de reflotar y salvar a la cooperativa; quizás hasta pago con
creces por las alteraciones emocionales sufridas durante ese tiempo de lucha;
sinsabores, malos momentos e impotente ante las múltiples situaciones adversas
y por creer:
Que
la cooperativa que prestó servicios desde hace más de 50 años en una población
de 7000 habitantes, cuya actividad económica fundamental era la agricultura y a
menor escala la ganadería, haya tenido que finalizar un ciclo productivo
causado por una crisis y una recesión generalizada de la evolución económica
financiera. Una institución fundada en su oportunidad como una necesidad social
que cumplió con sus objetivos básicos de asistir a los más carenciados,
otorgando créditos de consumo a empleados ferroviarios, municipales, de
comercio, docentes, peones de campo, etc.
Que el hecho de haber
sido una institución legalmente constituida implicó la sujeción a todas las
disposiciones de control vigentes y por consiguiente los gastos fijos de
personal, de impuestos de ley y otras erogaciones que debieron ser cubiertas
con un margen muy reducido de utilidad y paradójicamente dejándola fuera de
competencia con los otros mercados de consumo existentes en ese momento en la
ciudad por la reducción del volumen de venta al contado.
Que a pesar de la precariedad del
volumen de operaciones se mantuvo un personal de nueve (9) personas, hasta
último momento, que representaron igual cantidad de familias que dependieron de
esos ingresos para su subsistencia.
Que a pesar de los
juicios e intimaciones de pago se logró liquidar, mediante convenios
homologados en Ministerio de Trabajo, a todos los empleados y también a todos
los proveedores.
Paralelamente
al Convenio firmado en el Ministerio de Trabajo de Dolores, se firmó en
Septiembre del año 2.000, un convenio con la Contadora Alicia Sureda y el Dr.
Carlos Goldaracena para percibir los importes en concepto de alquiler de los
galpones por parte del Sr. Moretto y del local de la esquina por parte de la
Sra. María Luisa Pardo de Fernández para pagar las cuotas de los convenios, los
proveedores restantes y los impuestos adeudados a AFIP. El Sr. Moretto pagaba
un alquiler de pesos un mil ($ 1.000) por mes; la Sra Fernández tenía firmado
un contrato por un valor de pesos doscientos ($ 200) por mes; la contadora no
podía actualizar el monto del alquiler por no estar autorizada y no los cobraba
ya que no tenía mandato de representación de la cooperativa para exigir el
pago.
El 30
de Junio del año 2.000 la Cooperativa firma un contrato de alquiler por el
término de tres (3) años con la Sra. María Luisa Pardo de Fernández por el
inmueble ubicado en la esquina de la calle Sarmiento y Lavalle compuesto de
tres (3) salones y baño por la suma de pesos doscientos ($ 200) mensuales.
Por nota
fechada el 19 de octubre del año 2.000 el presidente y tesorero de la
cooperativa notifican a la Sra. María Luisa Pardo de Fernández que han
facultado a la Contadora Alicia Sureda a percibir los importes en concepto de
alquiler del contrato suscripto oportunamente en su estudio ubicado en calle
Belgrano N° 740 de la ciudad de Maipú.
Que después
de los último balances aprobados, del año 2.001 y subsiguientes, y a pesar de haber seguido publicando Convocatorias
a Asambleas en el periódico local “El Diario”, con fecha 25 de Enero de 2.002 y
otras, no se logró conformar un Consejo de Administración para continuar
conduciendo los destinos de la cooperativa por la falta de presencia de
asociados, quienes priorizaban sus actividades particulares y personales.
Las deudas
de la cooperativa con AFIP entraron en el año 2.001 en el Decreto 1384/01 en
120 cuotas. Nunca pudo regularizarse una deuda con Rentas (ahora Arba) de Ingresos Brutos por
una inspección antigua que era imposible de pagar y la única solución fue dejar
pasar el tiempo. Con Arba por Impuesto Inmobiliario se han pagado algunas
cuotas. Con municipalidad y otras deudas se desconoce. En el año 2.009 hasta
que la Cdra. Sureda pagaba las cuotas del plan Dto. 1384/01 se había liquidado
hasta la cuota 83. No se pudo lograr acceder a otro plan, firmar arreglos,
abrir cuentas bancarias y poseer clave
bancaria (CBU); reclamar alquileres; defender en juicio, etc., por falta de autoridades.
En febrero de 2.009 la Contadora.
Sureda le propone al Sr. Moretto que el pague en forma directa la cuotas del
Plan Impo y del Previsional desde la cuota 84 a la 120 del Decreto. 1384/01 que
la cooperativa había suscripto, como así también impuestos inmobiliarios y
municipales. Los dos planes están técnicamente caducos porque los importes de
origen y los pagos están fuera de término.
Durante
el período 2001- 2004 y 2006- 2008 inclusive, están registrados los pagos y
transferencias del Sr. Moretto por un valor de pesos un mil ($ 1.000). No hay
registro de pago del año 2005 como tampoco desde el 2009 hasta la fecha. De la
locación de la Sra. Pardo de Fernández no hay pagos registrados desde que se firmó
el contrato de locación el 30 de Junio del año 2000.
El
último balance aprobado y presentado de la cooperativa corresponde al año
2.001, y al no realizar actividades y movimientos en el plazo de diez años (10
años), y no presentar las rendiciones requeridas y ante un censo de
cooperativas en el año 2.010, la autoridad de aplicación competente y correspondiente
suspende la matrícula para operar en el año 2.011. Están confeccionados, pero
nunca se presentaron los balances correspondientes a los años posteriores al
2.001; en ellos figuran las entradas de dinero que recibió la cooperativa en
concepto de alquiler y como se imputaron esos montos en pagos de deudas
impositivas que tenía la entidad.
Como socio- accionista
de la cooperativa y ante la inquietud, conjuntamente con otras dos accionistas,
en el año 2.012, comenzamos una ardua, silenciosa y larga investigación de tres
años y medio sobre el funcionamiento, estado financiero- económico y
patrimonial de la cooperativa; como también averiguar sobre la situación de los
dos locatarios, Sra. Pardo de Fernández y Sr. Rodolfo Moretto. Después de muchos
viajes a Bs as, al INAES (Instituto Social de Asociativismo y Economía Social);
al Registro de la Propiedad y a Participación Ciudadana (ex IPAC) en La Plata;
a entrevistas en estudios jurídicos y contables de la ciudad de Mar del Plata
logramos recuperar la documentación contable (libros, balances, etc.)
necesarios para convocar a asamblea de accionistas y documentación de vital
importancia, como estatuto y títulos de la cooperativa.
Una
cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido
voluntariamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas,
sociales y culturales comunes, mediante una empresa de propiedad conjunta y de
control democrático. Con esta definición no cabe duda que el funcionamiento de
esta entidad cooperativa puede ser un elemento integrante fundamental del mix
organizacional productivo de la localidad y la zona de influencia. Como su
nombre lo expresa, en su leyenda “Industrial”, abre un espectro de
posibilidades que abarca a muchas áreas de actividades y producción en distintas ramas muy beneficiosos para los
asociados.
Hoy
hacemos esto y queremos recuperar y poner en marcha la cooperativa porque como
los pioneros de la Rochdale que en el año 1.844 se unieron para luchar contra
el capital concentrado y para defender a los productores y trabajadores ante la
Revolución Industrial, hoy en día, nosotros nos tenemos que unir y aunar
esfuerzos en pos de recuperar y poner en funcionamiento la Cooperativa Agrícola
Ganadera e Industrial Ltda. de Maipú, por los pioneros que la fundaron, por los
que integraron durante tanto tiempo y condujeron los destinos de la
cooperativa, por los herederos, hijos, familiares de esas personas que vivieron
y sustentaron su vida gracias a este emprendimiento y por los más de 1.500
asociados que tuvo esta cooperativa y fue un orgullo de Maipú y la zona del
sudeste de la provincia de Buenos Aires y por sobre todas las cosas por el
futuro de cooperativistas de Maipú y la zona.
Hoy en día, estamos en un momento histórico
para la cooperativa, ya que hemos comenzado con su recuperación y no vamos a
detenernos hasta lograr levantarla y ponerla en funcionamiento como lo fue en
su época de mayor esplendor comercial.
En el pasado fue,
dar un paso atrás, que una resolución haya ido en contra de los derechos de los
accionistas, ex trabajadores y productores porque los problemas no fueron
jurídicos, sino que fueron de la realidad económica que le tocó sufrir a esta
institución en ese momento.
Detrás del expediente 371/10 de trámite ante el INAES, hay innumerables
historias de más de 1.500 personas de Maipú y zona que formaron, y forman parte
de la Cooperativa; entonces, detrás de las leyes están las instituciones,
detrás de las instituciones están las personas. Tenemos que pensarlo así y no
como un instrumento jurídico y discutir sobre el mismo.
Hemos comenzado un camino de debates y reuniones para ir discutiendo las
cuestiones políticas de importancia del sector y como vemos al sector de acá al
futuro con la esperanza que en breve lapso de tiempo, tengamos legitimado y en
funcionamiento, un Concejo de Administración que será el encargado de conducir
los destinos de esta entidad sexagenaria.
Los productores son las gallinas de los huevos de oro; pero
lamentablemente no se los cuida, ni se le brindan posibilidades que con este
tipo de políticas son sometidos a través de los exigentes y altos costos
impositivos, aduaneros y de exportación.
El objetivo sería que el
productor reciba el precio justo por su producción y que la renta vuelva al
sistema productivo para industrializar la producción primaria y agregar valor
en origen. Sino, la renta sigue quedando en manos de unos pocos que no respetan
los precios.
Venimos muy bien, pero falta lo más importante, logremos juntos levantar
esta cooperativa.
El
último paso depende de nosotros; sigamos transmitiendo confianza. No paremos
hasta sentirnos orgullosos de haberlo logrado. Convoquemos a todos los socios.
Es muy importante, por lo menos, que sepan, que todos los que vengan tendrán la
posibilidad de participar.
Nuestra prioridad es solucionar, con beneficios, los problemas de
comercialización de los productores.
Saber que aún falta,
nos da la esperanza de que una nueva etapa viene llegando; pero lo más
importante, lo que parecía imposible, se hizo posible y se pone fin a una etapa
para el comienzo de una mejor. Esto se logra con el poder de la gente. Con
ustedes los socios, los verdaderos dueños de la cooperativa.
Tenemos que transformar la energía en acción, por eso, los convoco a
trabajar todos juntos. Necesitamos gente comprometida transmitiendo nuestro
mensaje. Transformando la energía en acción, esa acción será la que nos abrirá
un abanico de oportunidades en el largo camino a recorrer en el futuro…
Adrián Mastoy
Maipú, 02 de Octubre de
2.015